O rey do bacalao

Taberna-mesón
Fonte Unta, 8 - BETANZOS

El otro día fui a comer con dos amigos a este sitio. Había escuchado de oidas que el bacalao estaba bueno e invite a dos personas a ir. Queríamos probar la especialidad de la casa, el bacalao. Llame para encargar, aunque era un martes laborable, no quería llevarme sorpresas (que si está cerrado por descanso, por obras, o que si se nos ha acabado tal cosa...). Después de buscar el numero en las páginas amarillas llamé, pero en vez de oir una agradable voz anunciando el nombre del sitio y que deseaba, me preguntan quien soy alguien como molesto por tener que contestar. Pregunto si hay bacalao a la plancha o a la brasa, a lo que me contestan que solo al horno (mal empezamos, que un sitio que se expone como rey de algo, que solo tenga un modo de preparación de dicho plato), encargo para tres a la hora convenida.
Llegamos puntuales, aparcamos delante del sitio, yo nunca había entrado, si tengo pasado por delante, y francamente creía que era un local más amplio. Fuera hay mesas para comer, pero con las sillas encima de ellas, como que no. Una vez dentro, me acerque a la barra para avisar de nuestra llegada, un camarero mal aliñado, con bigote ancho, camisa de cuadros verde y pantalon de pana (tenía más pinta de cazador o leñador) nos dijo que nos sentaramos donde quisieramos, por supuesto no había ninguna mesa puesta todavía. Nos sentamos en una mesa y esperamos, y mientras observe un poco el local. Viejo, sucio y desordenado. Había poca gente, a nuestro lado un señor (no muy agradable de cara) apuraba un plato, ni siquiera recuerdo que era, pues solo miré una vez, ya que su desagradable forma de comer no me lo permitió.
En esto, viene la camarera (supongo que cocinera, mujer de la limpieza, etc), era sudamericana, ropa de calle, una especie de zapatillas pero lo que más me sorprendió, es que llevaba los guantes de fregar (los típicos de goma de dos colores). Pensé que iria a por alguna cosa, pero ahí mi sorpresa cuando la veo recoger una mesa con ellos, y como es de intuir, nos puso la mesa con ellos puestos también. Al rato viene el "maître", con su desgana por bandera, nos pregunta que vamos a beber, dudamos un rato y viendo al comensal vecino con el vino de la casa, decidimos probarlo. El vino de la casa, dice mucho del local, pues te indica, cuanto se ha molestado su dueño en buscar un vino decente, este ya os digo yo que muy poco, menos de lo que se tarda en encender un pitillo. Era un ribeiro tinto "de la casa", casa no se de quién porque aquello oscuro parecia de todo menos vino, parecía que venía con la gaseosa incorporada. Al poco apareció el bacalao, en una fuente ovalada de cristal (me la esperaba de barro), con unas patatas cocidas por abajo, el bacalao (un trozo por cabeza, y no muy grande por cierto) y una capa de cebolla por arriba. Ademas que un huevo cocido en trozos y 3 aceitunas negras. La verdad esque sabiendolo hubieramos pedido algo de primero, aunque visto lo visto mejor así.
Una vez acabado, el bacalao, la mayor parte de la cebolla se quedo en la fuente, el pan tambien ya que su frescura era dudosa, y mas de la mitad de la botella de vino.
Postre, solo pedí yo (que burro que fuí), tarta de santiago, de la compra y de la mala, y aun encima dura como una canteria. Café, de pota no habia, tres cortados, que se quedaron en los pocillos, pues ni con todo el sobre de azúcar se podía tomar (cuando a mí me basta la mitad con un café decente).
Pero lo mejor, tocó a la hora de pagar, me acerco a la barra y tras pedir la cuenta, el jefe, se retira a hacer números. Estaba yo calculando que 30€ me deberían llegar y sobrar, cuando en esto, me espeta el caballero: Son 49,80€. Y ala, tan pancho se queda el tío. En ese momento empezá a sentarme mal la comida, así que si os ocurre pasar por allí ya sabeis lo que teneis que hacer...
PD. Y si teneis que hacer publicidad al sitio que sea negativa, otra cosa no se merecen!



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Comentarios

  1. Yo he ido a comer alguna vez a este sitio, pero no he conseguido pasar del menu del día viendo como se las gastaban.

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